Nuevamente están a media asta las banderas de la patria, y con ellas, las de Nueva Esperanza . Los clarines del patriotismo están tocando a muerto, y nuevamente otro héroe cubano se ha convertido en mártir. La historia de Pedro Luis Boitel se repite tristemente y la insensible conciencia universal guarda cobarde silencio ante otro asesinato de la tiranía castrista.
Orlando Zapata Tamayo, engrosa ya la larga lista de titanes que han pagado con su vida, el gesto digno de no dejarse doblegar ni amilanar por los verdugos que aherrojan a su pueblo.
Alguien afirmó una vez que, ante Dios no hay heroes anónimos; y aunque para el mundo indolente, el nombre de este cubano tal vez no despierte la simpatía que despertara si se tratara de un militante izquierdista, en los anales de la lucha por la libertad de Cuba, el nombre de Zapata Tamayo, será recordado por siempre.
Orlando Zapata Tamayo, que Dios te de su eterno descanso y que a nosotros nos lo niegue hasta que sepamos segar para Cuba, la cosecha que hoy siembra tu muerte.
Orlando Zapata Tamayo, engrosa ya la larga lista de titanes que han pagado con su vida, el gesto digno de no dejarse doblegar ni amilanar por los verdugos que aherrojan a su pueblo.
Alguien afirmó una vez que, ante Dios no hay heroes anónimos; y aunque para el mundo indolente, el nombre de este cubano tal vez no despierte la simpatía que despertara si se tratara de un militante izquierdista, en los anales de la lucha por la libertad de Cuba, el nombre de Zapata Tamayo, será recordado por siempre.
Orlando Zapata Tamayo, que Dios te de su eterno descanso y que a nosotros nos lo niegue hasta que sepamos segar para Cuba, la cosecha que hoy siembra tu muerte.
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